¿Por qué la gente no reacciona ?

Publicado: marzo 8, 2013 en Uncategorized

¿Nunca se han preguntado por qué con la que está cayendo éste país está sorprendentemente inmerso en una calma tensa?. Potencialmente, España tiene 6 millones de razones para el estallido social (eso sin contar con aquellos que de manera indirecta están resultando afectados por la crisis). Sin embargo, existiendo motivos de sobra cuanto menos para la manifestación pública, como afirmó Mariano Rajoy en Nueva York el mismo día de la huelga general del 14 de Noviembre del 2012: «la inmensa mayoría de los españoles están en su casa». Y hay que decir que cuando lo dijo estaba diciendo la verdad. La pregunta que uno se hace es: ¿por qué?, ¿acaso no hay razones para la manifestación pública de su descontento?, ¿Qué ocurre?, ¿Qué frena a la ciudadanía a mantener una actitud activa, responsable y democrática sobre lo que le ocurre?  La respuesta la encontré en el siguiente vídeo que comparto con vosotros a continuación: existen razones para exteriorizar nuestro descontento, pero hemos aprendido a no actuar. Ésta última frase es muy importante: lo hemos aprendido. Y lo hemos aprendido porque alguien nos lo ha enseñado. A veces (las más de ellas) nos lo enseñaron los medios a través del miedo, a veces a través de mantras repetitivos (Quién no ha escuchado eso de: ¿para qué voy a salir si no va a valer de nada? o ese: ¡niño tienes que ser bueno!) o a veces por rechazo visceral mamado de papá o mamá hacia aquellos mensajes que al acudir a una concentración vamos a encontrar. Sea como fuera, ese todo aprendido que inunda nuestra cabeza cuando la frustración nos invade hace que nuestra pulsión la encaucemos hacia otra díana diferente (los políticos son unos tal y los banqueros unos cual). Hablamos desde el sillón o desde la silla del bar frente a los amigos, pero pocos son los que se atreven a manifestarlo públicamente o a movilizarse en aquella manera que consideren conveniente. Si usted se  reconoce en éstas palabras, Enhorabuena. Acaba de conocer como destrabarse. Lo único que tendrá que hacer es desaprender lo aprendido, y eso se hace actuando sin pensar y abriéndose a la nueva experiencia con actitud receptiva. Acuda a una concentración de una temática con la que se identifique, y no piense por qué. Hace unas semanas personas que actuaban y que no dudaron (pensando o a veces sin pensar, quién sabe) fueron las desencadenantes tras 10 días de protesta pacífica de la dimisión del gobierno Búlgaro. Con ello no sostengo que nuestro gobierno debiera dimitir, sostengo que movilizarse haciendo lo que cada uno tenga a su disposición sí es útil (quizá sea manifestarse, o quizá colaborando con un periódico local). Pero lamentablemente tengo que decirle que noticias como la anterior no aparecerán en los medios ya que le estarían enseñando que éste recurso se trata de un recurso útil. Y eso al grupo dominante no le resulta conveniente. Ellos, como el experimento que aparece en el vídeo, se empeñan en enseñarnos que la única opción que tenemos los jóvenes es la de resignarnos a emigrar o aceptar trabajos precarios.

Existen otras ocasiones también muy frecuentes en las que la población no se moviliza sencillamente porque no conoce lo que está ocurriendo.  Los medios ofrecen y el telespectador sintoniza programas que mantienen a la población distraída con todo típo de banalidades para mantenerlos alineados (creo que el único día en el que no existe fútbol en abierto actualmente son los viernes), pero éste tema será un buen tema para tratar en otra entrada. Sin más, comparto con vosotros éste interesante vídeo  que ayuda a entender cómo su comportamiento está más influido de lo que podría pensar en un principio por aquello que desde fuera le cuentan.

comentarios
  1. Mr Velcro dice:

    Muy buena entrada, Ale. Digamos que te faltó hacer un poco de hincapié en que la razón fundamental de todo es el miedo. Esa gente no hacía nada, entre la comentada indefensión aprendida, por el miedo. Recomiendo leer el libro de «el hombre en busca de sentido». Ahí el autor explica que por muy negro que veían el futuro, la idea de poder respirar todavía a veces era un consuelo. Mientras hubiera ganas de vivir, la gente desarrollaba su fuerza y su aguante. Pero es tema aparte.
    Un abrazo!!

  2. No todas las emociones están en un mismo plano, si no que existe una dependencia entre ellas. El miedo por desgracia está por encima de la generosidad o del sentimiento de comunidad. Y los que nos enseñan la indefensión aprendida lo saben, por eso lo ponen en práctica. Pero hay personas que no se dejan llevar por el miedo, por eso la segunda fase de que aprendamos a no defendernos es la de robar la esperanza, es decir, «hacer creer que es imposible». Eso es lo que comenté principalmente en la entrada, pero sin duda el miedo está muy presente: miedo a perder un trabajo, miedo a hablar más de lo debido, miedo a qué será de mi dentro de 6 meses…. Hasta que te estén robando descaradamente tu futuro y consigan que lo permitas porque total, ¿Qué se le va a hacer?. Orwell termina 1984 con la siguiente frase: «Cientos de miles de personas así, ignorantes unos de la existencia de otros, separados por paredes de odio y mentiras, y aún así casi exactamente iguales– personas que nunca aprendieron a pensar, pero que iban guardando en sus corazones y barrigas y músculos el poder que algún día habría de cambiar al mundo»

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